VICTORIANO CAMACHO: “EL PUÑAL ALMONTEÑO”
Inauguramos esta nueva sección con toda una leyenda del fútbol onubense, Victoriano Camacho, uno de los jugadores más rápidos de la historia de la Liga de la Amistad
Si no hubiera coincidido en la década de los 90 con un prodigioso jugador de la Orden apodado “El Bala”, ahora mismo estaríamos hablando del mejor jugador de todos los tiempos.
De origen almonteño, comenzó a jugar al fútbol en la playa de Matalascañas, bajo la batuta de su tío José María Castrillo. Fue allí donde abandonó por completo cualquier dominio técnico del balón para dedicarse de lleno a la velocidad punta, entrenándose de forma intensiva por los alrededores del Coto Doñana con su primo y corredor de medio fondo Ángel Castrillo. Posteriormente comenzó a practicar Futvoley con su idolatrado primo Oscar Cascajo, quien le enseñó a controlar la pelota y a seducir a las chicas/os.
Cuando éste fenómeno comenzó a jugar en la Liga de la Amistad, septiembre de 1995, revolucionó el concepto de fútbol en Huelva, de un juego lento y pausado se pasó a un fútbol físico, revolucionado, de vertiginosa velocidad, a un FUTBOL DE HOMBRES.
Jamás fue superado por ningún rival, ni en velocidad ni en tipo, hizo de la banda derecha un fortín infranqueable.
Yo puedo presumir de estar a su lado cuando todo ocurrió, cuando sucedió algo mágico jamás igualado…….”Era una gélida mañana de invierno, han pasado muchos años desde entonces, jugábamos en el impracticable campo de los Salesianos, el portero contrario sacó con los pies desde el borde del área, el balón alcanzó una altura descomunal, cuando comenzó a descender ya sobrepasado el centro del campo, observé atónito como Victoriano Camacho se dirigía hacia el balón sin el menor atisbo de hacer control alguno del mismo, cuando de pronto, antes de tocar el suelo, este animal golpeó el balón a una distancia aproximada de 60 metros de portería, saliendo la pelota disparada de tal forma que en cuestión de décimas de segundo en balón perforó la meta contraria, ante la perplejidad del portero y de todos los asistentes…”.
Esta es la historia de una Leyenda, de un hombre que se forjó a si mismo.
GRACIAS POR TODO.
Inauguramos esta nueva sección con toda una leyenda del fútbol onubense, Victoriano Camacho, uno de los jugadores más rápidos de la historia de la Liga de la Amistad
Si no hubiera coincidido en la década de los 90 con un prodigioso jugador de la Orden apodado “El Bala”, ahora mismo estaríamos hablando del mejor jugador de todos los tiempos.
De origen almonteño, comenzó a jugar al fútbol en la playa de Matalascañas, bajo la batuta de su tío José María Castrillo. Fue allí donde abandonó por completo cualquier dominio técnico del balón para dedicarse de lleno a la velocidad punta, entrenándose de forma intensiva por los alrededores del Coto Doñana con su primo y corredor de medio fondo Ángel Castrillo. Posteriormente comenzó a practicar Futvoley con su idolatrado primo Oscar Cascajo, quien le enseñó a controlar la pelota y a seducir a las chicas/os.
Cuando éste fenómeno comenzó a jugar en la Liga de la Amistad, septiembre de 1995, revolucionó el concepto de fútbol en Huelva, de un juego lento y pausado se pasó a un fútbol físico, revolucionado, de vertiginosa velocidad, a un FUTBOL DE HOMBRES.
Jamás fue superado por ningún rival, ni en velocidad ni en tipo, hizo de la banda derecha un fortín infranqueable.
Yo puedo presumir de estar a su lado cuando todo ocurrió, cuando sucedió algo mágico jamás igualado…….”Era una gélida mañana de invierno, han pasado muchos años desde entonces, jugábamos en el impracticable campo de los Salesianos, el portero contrario sacó con los pies desde el borde del área, el balón alcanzó una altura descomunal, cuando comenzó a descender ya sobrepasado el centro del campo, observé atónito como Victoriano Camacho se dirigía hacia el balón sin el menor atisbo de hacer control alguno del mismo, cuando de pronto, antes de tocar el suelo, este animal golpeó el balón a una distancia aproximada de 60 metros de portería, saliendo la pelota disparada de tal forma que en cuestión de décimas de segundo en balón perforó la meta contraria, ante la perplejidad del portero y de todos los asistentes…”.
Esta es la historia de una Leyenda, de un hombre que se forjó a si mismo.
GRACIAS POR TODO.
1 comentario:
Yo también tuve la suerte de jugar con él. Era rápido como el rayo. Veloz como la gacela tompson.
Solo tuvo una mancha en su impecable xpediente, en el campo de Pérez Cubillas cuando al grito de "Me cago en la Vigen" alzó el puño ante un rival al que gracias a Dios y la Virgen que le sujetó el puño desde el mas allá no llegó a golpear.
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